TÉCNICAS DE PROGRESIÓN INVERNAL
Por Curro González
Entendemos por técnica el modelo normalizado e ideal de un movimiento, basado en conocimientos científicos actuales y experiencia práctica.
Podemos distinguir dos tipos de técnica: por un lado los deportes que buscan la perfección de uno o varios movimientos, como por ejemplo la escalada deportiva. Y por otro lado los deportes cuyo objetivo consiste en la solución de un problema ante una situación planteada como son la escalada, alpinismo, etc.
La técnica se adquiere con la práctica continua y el aprendizaje, pero esta se puede ver modificada por medidas antropométricas de cada individuo, sexo, edad, lesiones antiguas, etc. Dando lugar a una ejecución de la técnica personal llamada “estilo”.
En la progresión en montaña invernal, los factores que determinan la complejidad de la técnica, dependen básicamente de las características del terreno y de la inclinación (foto 1).
Esencialmente serán estas características, del terreno y la inclinación de las pendientes a recorrer, quienes van a determinar el empleo de las técnicas más apropiadas de progresión. Aquí juega un gran papel la experiencia del montañero a la hora de encontrar los apoyos necesarios para la correcta y segura progresión.
Antes de entrar en materia, hemos de tener en cuenta algunos conceptos, que nos pueden resultar extraños, pero de los que seguramente todos nosotros hemos oído hablar alguna vez, y que nos ayudarán a la hora de progresar en diferentes terrenos.
Centro de gravedad del cuerpo
“El punto imaginario donde podemos considerar concentrado todo el peso de nuestro cuerpo”. Este punto no tiene una localización fija, su localización dependerá de la posición de cada una de las partes de nuestro cuerpo respecto a las otras, y a la vez de la posición del cuerpo en si mismo respecto al terreno por el que nos movemos.
En terrenos inclinados el equilibrio será estable cuando la vertical del centro de gravedad del cuerpo pase por la superficie de apoyo o por la superficie de pisada. Cuanto más cerca esté el centro de gravedad del cuerpo de las superficie de apoyo y cuanto más grande sean estas, mayor será la estabilidad del equilibrio del cuerpo.
La posición básica del cuerpo
La definiremos como “la posición que nuestro cuerpo en general y nuestras extremidades en particular, han de adoptar respecto a la pared para mantener el equilibrio y poder progresar según la técnica adecuada”.
La base de cualquier técnica de progresión invernal pasa por la correcta utilización de los crampones. Para una perfecta utilización estos, deben estar bien regulados a nuestras botas, sea cual sea el sistema de fijación que utilicemos (foto 2).
Como norma preventiva en nuestra progresión, mantendremos los pies siempre algo separados para evitar enganchones con nuestros pantalones o polainas.
Lógicamente, en nuestra progresión con los crampones, nos ayudaremos mediante el uso del piolet. Una buena técnica de crampones y piolet, adaptada a la inclinación y dureza de la pendiente, nos dará la habilidad de permanecer estables sobre cualquier terreno.
Como hemos comentado anteriormente, las características del terreno y la inclinación de las pendientes a recorrer, van a determinar el empleo de las técnicas más apropiadas de progresión. Algunas son sencillas y naturales, otras conviene recordarlas y practicarlas.
Paso de marcha
El centro de gravedad de nuestro cuerpo, igual que en cualquier técnica básica ha de estar en la vertical de los pies, intentando descargar todo nuestro peso en estos.
Esta sería la técnica más sencilla y natural de ejecutar, ya que se trata tan sólo de caminar por la nieve normalmente. El piolet lo podemos agarrar en “piolet bastón” (foto 3) o en “agarre de autodetención” (foto 4) dispuesto a clavarlo si se produjera una caída en un terreno delicado (más información, ver sección técnica de “Autodetenciones en nieve”).
Paso de pato
En pendientes de nieve moderadas, cuando se hace incómodo emplear la técnica de paso de marcha, o sea, con los pies de frente, podemos emplear esta técnica.
Al igual que la anterior resulta natural y evidente, tan sólo deberemos abrir los pies en ángulo con las punteras hacia fuera (foto 5). El piolet lo mantendremos en la posición “piolet bastón”.
Pies planos
Cuando la pendiente aumenta lo más cómodo para seguir progresando es ascender de lado. La utilización “natural” de los crampones en este caso, es utilizar tan sólo las puntas correspondientes al canto de la bota que este en contacto con la pendiente, dejando las otras libres de peso.
Esta técnica de “cantear” no es del todo segura, cuanto mayor superficie de nuestros crampones este en contacto con la pendiente y cuanto más peso descarguemos en ellos, mayor estabilidad tendremos.
La base de la técnica de los pies planos es mantener, estos, planos a la pendiente (foto 6), clavando todas las puntas de nuestros crampones perpendicularmente a la nieve. Esta técnica, al contrario de las vistas anteriormente, requiere un previo y difícil aprendizaje.
El piolet nos servirá como tercer punto de apoyo (cargando gran parte de nuestro peso a este) pasando del “piolet bastón”, utilizado anteriormente, al “piolet escoba” (foto 7).
Si la inclinación aumenta puede resultar inseguro progresar con la “técnica del piolet escoba”, podemos conseguir un anclaje más sólido utilizando nuestro piolet como un “ancla” (foto 8). Clavaremos el pico del piolet en la nieve, y lo agarraremos como en el “agarre autodetención”.
Puntas delanteras
Con mayor inclinación pasaremos de ascender de lado a colocarnos de cara a la pendiente. Los crampones los usaremos clavando las puntas delanteras, dejando los talones bajos ganaremos mayor estabilidad.
El piolet lo colocaremos en posición “piolet apoyo” (foto 9), si la pendiente continúa enderezándose, cambiaremos a la utilización de la técnica de “piolet tracción” (foto 10).