Monday 6 de August de 2012, 21:58:17

La cara sur del Pájaro en la Pedriza es una escalada muy clásica. Archiconocida por cualquier escalador de la zona centro, y deseada por otros escaladores, cuando visitan por primera vez este maravilloso paraje en donde está situada.

El Pájaro recibe su nombre por la similitud de sus peñascos cimeros, diferenciándose varias partes de este animal. La cola, la cabeza, etc.

No recuerdo a qué edad escale por primera vez esta ruta, pero supongo, como cualquier neófito en este deporte, que empleé una larga jornada, y mucho esfuerzo, para ascender hasta lo más alto.

Los años han pasado, y como cualquier escalador asiduo a visitar los riscos de la Pedriza, he ido adquiriendo y viviendo mil y unas experiencias.

Chule en acción. Fue él, y unos amigos, quién me enseñaron este pequeño reto.

Hace apenas unos días, tardé en escalar esta maravillosa pared cerca de 15 minutos.

Podría haber ido más rápido, más lento, haber usado cuerda, seguros, casco,...Esto es un resumen de aquel frenético día:

Aparco mi maltrecha Kangoo en el parking de Cantocochino, cerca del río. Hoy, estoy dispuesto a hacer un test, sin muchas pretensiones, pues lo que me interesa es entrenar un poco para mi futuro proyecto, y pasármelo bien.

Calzo mis asics y mallas cortas. En las manos llevo mis pies de gato, el corazón me palpita ( si llevara mi garmin seguro que me marcaba 120 pulsaciones).

Tomo una gran bocanada de aire, vacío mis pulmones y le doy al crono.

Empieza la fiesta !

Los primeros repechos de la autopista me entrecortan la respiración, eso es bueno pienso. Siempre que he empezado mal, termino bien.

Rompo a sudar entre repechos, se perfectamente donde está lo duro, donde puedo “reposar”, donde tengo que apretar, incluso por donde tengo que pasar algún pedrusco del camino.

Cuando encaro el bosque que hay debajo del Pájaro, el sudor corre libremente por mi cuerpo No voy mal de piernas, y puedo seguir apretando hasta algunos metros por debajo de la base del Pájaro. Lugar en donde echo mis manos a las piernas y empiezo a caminar todo lo rápido que puedo.

Llego a la pared “a mil”, el sofoco hace que me palpite la sien al agacharme para ponerme los pies de gato. Decido tranquilizarme unos instantes, secarme el sudor de las manos y tomar aire.

Es entonces cuando empiezo la escalada. La primera fisura es un tanto peleona, me viene a la memoria, como, pánico del miedo en la primera escalada a esta ruta, me refugiaba en su interior. Sin el conocimiento, de que así, esta, se torna más difícil.

En pocos minutos llego a la travesía de adherencia, desde aquí tengo una difícil decisión. Continuar por la ruta clásica (6c), o dirigirme hacia la derecha, por terreno más sencillo.

Diferentes variantes de la sur. En rojo la sur clásica, verde la salida por el techo (la cola del Pájaro), morado la variante de salida evitando el techo, y en negro, la opción que tome.

La flecha indica el descenso por la normal del Pájaro.

No quiero arriesgar, como dije, me lo quiero pasar bien. Además, este no es el objetivo, tan sólo es un test. Escalo, lo que a mi parecer, el es lugar más complicado. Una placa de adherencia que conduce al terreno de “setas” de la cola del Pájaro.

Por fin en la cumbre, no paro ni a mirar el paisaje. Destrepe de la cabeza del Pájaro, y descenso por la normal de este.

El descenso es frenético, uno de los pedruscos al pisar se voltea y me “machaca” el tobillo y sóleo. Blasfemo sin parar, mientras continúo el descenso hasta el río. El estómago vacío no para de dar saltos, y de vez en cuando la rodilla me pega un pinchazo.

Fugazmente miro el reloj, me arrepiento mucho de no haber traído el Gramin. De esta forma quedaría constancia de todo lo hecho, con sus tiempos de paso, desnivel, etc. Pero no quería destrozar en la escalada, esta delicada herramienta.

La autopista se me hace eterna, cualquier pequeño repecho me entrecorta aún más la respiración. El último apretón y llego hasta la Kangoo.

Paro el crono:

1 hora, 8 minutos y 47 segundos.