EL SUFRIMIENTO PLACENTERO, escalada en fisuras
Por Curro González.
Fisura: “Hendidura en la roca. También llamada hendedura, raja, o grietaâ€.
Esta es la definición que encontraremos en el diccionario si buscamos entre su hojas el significado de la palabra fisura. Pero el significado de esta palabra para algunos escaladores es la de libertad de movimientos, aventura y desafÃo.
La escalada en fisuras es la asignatura pendiente de muchos escaladores, esto se debe sin duda, a la complejidad de su técnica y a lo sufrido y adrenalÃtico que supone su progresión. La técnica de la escalada en fisuras se realiza mediante empotramientos y cerrojos que, según el ancho de la fisura, se realizarán con los dedos, las manos, los puños, los codos, los pies, las rodillas, o el cuerpo entero.
Su progresión supone muchas veces sufrimiento y agonÃa. A parte, de un buen empleo del esparadrapo para la protección de las manos, y una buena colocación de los elementos de seguro.
La formación de las fisuras es compleja, ciertas fisuras datan de la formación de la roca, otras son el resultado de las fuerzas tectónicas que han obrado posteriormente sobre ella. Por lo general las fisuras son múltiples y se hallan dispuestas más o menos paralelamente.
Su fisonomÃa variara según el tipo de roca:
Granito: Es una roca dura en la que encontraremos todo tipo de fisuras, paralelas o no, normalmente tapizadas de vetas y cristales de cuarzo. Es una roca abrasiva que proporciona “buen tacto†al uso, pero al mismo tiempo no ofrece buena protección.
Caliza: Más blanda que el granito, la caliza suele presentar fisuras de interior irregular. Esto puede facilitar el empleo de la técnica de empotramiento, pero supone un reto a la hora de la colocación de los elementos de seguro.
El granito y la caliza son los tipos de roca más comunes en la penÃnsula y donde seguramente escalemos la gran mayorÃa de las veces, pero existen puntos marginales donde podemos encontrar otra diversidad de roca.
Arenisca: Es una roca muy blanda y abrasiva, en ella encontraremos las fisuras más perfectas, verticales de corte paralelo. Sin duda el lugar más conocido en donde encontramos esta roca es Colorado y Utah.
Basalto: De caracterÃsticas similares al granito. Las lÃneas suelen ser rectas con estrechamientos, que nos permiten, tanto una buena progresión, como un buen aseguramiento.
Técnicas de empotramiento
Como hemos comentado anteriormente podemos resumir la escalada en fisuras como el empleo de las diferentes técnicas de empotramiento y oposición, tanto de las manos como de los pies. Dependiendo del tamaño de la fisura que queramos ascender deberemos aplicar una u otra técnica, incluso la escalada de una misma fisura puede necesitar el empleo de diferentes técnicas. A continuación vamos a ver algunas de las técnicas de empotre más empleadas.
Fisuras ciegas
Son caracterÃsticas de algunas placas granÃticas, y su tamaño varÃa desde yemas de dedos hasta primeras falanges. La técnica a seguir es sencilla, mediante oposición de manos y empleando fuerzas opuestas a ambos lados de la fisura. Los pies generalmente se emplean en adherencia sobre la propia fisura o sobre los cantos o microcantos de la placa.
El gran problema de estas fisuras es el emplazamiento de seguros, debido a su tamaño y fisonomÃa.
Fisuras pequeñas
El tamaño de estas fisuras puede abarcar desde pequeñas fisuras de dedos hasta la media palma. La técnica a seguir podrÃa pasar por introducir los dedos en la fisura hasta las articulaciones centrales, de manera que los pulgares apunten hacia abajo. Al cargar peso sobre los dedos se giraran dentro de la fisura produciéndose un cerrojo entre los dedos y las paredes de la fisura (foto 1). En ocasiones, sobre todo si la fisura tiene estrechamientos, es mejor prescindir del cerrojo de dedos y sustituir esta técnica por la de empotramiento. Cambiaremos la posición de la mano, colocando el pulgar hacia arriba (foto 2). El efecto de empotramiento en este caso es menor que en la posición de pulgares abajo.
Los pies se pueden ir alternando o dentro de la fisura, intentando retorcer la puntera del pie de gato, o en adherencia en la pared.
Fisuras medianas
Abarcan desde el tamaño de una media palma hasta un puño cerrado o palma extendida.
Los empotramiento de mano se utilizan mayoritariamente en la posición de pulgares arriba, introduciendo la mano en la fisura con los dedos extendidos, para luego más tarde cerrar el pulgar todo lo que podamos.
Un error tÃpico en el empotramiento de mano es prescindir del pulgar a la hora de empotrar, curvando los dedos en las articulaciones principales. Aunque se emplee mucha fuerza el empleo del empotramiento se ve muy reducido, y pronto nos cansaremos.
En fisuras más anchas los empotramientos de puños suelen ser la solución. Para ello hay que introducir la mano en la fisura horizontalmente, para más tarde cerrar el puño y ejercer presión contra ambos lados de la pared. Esta técnica aparentemente sencilla requiere mucha práctica para sacarle su máximo partido.
Los pies en este tipo de fisuras funcionan mejor empotrados. Una vez dentro de la fisura los intentaremos retorcer haciendo presión hacia ambos lados de la pared. Empleando bien esta técnica podremos dar un pequeño respiro a nuestros brazos, ahora bien, más vale que acertéis con la dureza de vuestros pies de gato si no queréis ver las estrellas.
Fisuras grandes
Los llamados Off-width son fisuras demasiado grandes para el empleo de las técnicas anteriores, y demasiado pequeñas para la escalada en chimenea.
Para su progresión se efectúa un empotramiento entre el codo del brazo interior, ligeramente curvado, y la mano. Mientras que la mano exterior agarra el filo de la fisura, los pies se empotran longitudinalmente girándolos tan hacia fuera como sea posible. La escalada de este tipo de fisuras resulta extenuante y a veces dolorosa.
En algunas ocasiones, al escalar en fisuras resulta recomendable ponerse un vendaje de esparadrapo que proteja las zonas más importantes de la mano, fundamentalmente los dedos y el dorso. Usar el esparadrapo tiene la ventaja de que al reducirse la sensación de dolor, se puede realizar los empotramientos de forma más firme.
Para realizar el vendaje utilizaremos esparadrapo de tela ancho, pondremos una tira de esparadrapo cubriendo los nudillos y parte del dorso de la mano (1), para más tarde añadir otra tira en el lateral próximo al pulgar, que abarcara desde el nudillo del dedo Ãndice, hasta los huesos de la muñeca (2).
Continuaremos añadiendo tiras de esparadrapo hasta cubrir todo el dorso de la mano (3 y 4), para más tarde proteger el dedo pulgar (5).
Utilizando tiras más largas y estrechas “lacearemos†desde la muñeca el dedo Ãndice (6) y el anular (7). Por último pondremos una tira ancha alrededor de la muñeca intentando cubrir los acabados de las anteriores tiras de esparadrapo (8).
Es importante que el vendaje no este excesivamente apretado, ya que corremos el riego de que nos impida una correcta circulación sanguÃnea. En todo caso, este vendaje no protege los dedos del peligro de lesiones por torsión, asà que tendremos que emplear con sumo cuidado las técnicas anteriormente descritas.